viernes, 19 de diciembre de 2008

DE MONTECELIO A RECOLETA


En barco, un año después de la huida de su padre amedrentado por persecuciones políticas, llegó el pequeño Melito Margozzi a la Argentina. Del puerto de buenos Aires a Recoleta cuando este barrio alternaba viejas y majestuosas casonas con conventillos. Y entonces la primera casa. De frente uno podía ver una carnicería, una peluquería, un almacén. Pero detrás, en cada habitación, se refugiaban familias enteras de inmigrantes. Todos ellos trabajadores. Attico atendía la peluquería mientras Melito y, un año más tarde, su hermano "Vinicho" (Benicio, en castellano) hacían de las suyas. En Recoleta todos se conocían. Y entre los inmigrantes, que eran muchos, intercambiaban historias, se presentaban hijos y armaban parejas para futuros matrimonios. Todos trabajaban. Todos se entendían. Todos tenían un dialecto. Y todos se respetaban.

1 comentario:

paola dijo...

que lindo que es recoleta, en realidad, todo buenos aires, me acuerdo cuando visité la ciudad, quedé encantada. voy a ver cuanto salen los pasajes en avion para ir de visita, espero que haya ofertas ya que me encantaría volver a disfrutar de la ciudad porteña